El Coronavirus 2019 (COVID 19), es una enfermedad infecciosa producida por el virus SARS-CoV-2, que se aloja en animales y murciélagos el cual se modificó (por eso su nombre) y contagió a los humanos. El nuevo Coronavirus, comenzó en noviembre del 2019 en la ciudad de Wuhan, China, y se ha trasmitido a todo el mundo. El 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró pandemia.
La Organización Mundial de la Salud, trabaja con: científicos, empresas y organizaciones internacionales a través del acelerador ACT, que consiste en el acceso a herramientas contra el COVID- 19, por medio de una colaboración mundial para acelerar el desarrollo, producción y el acceso equitativo a la vacuna.
En el mundo, se encuentran en desarrollo más de 169 vacunas, de las cuales 26 están en la fase de ensayos en seres humanos. Rusia fue el primer país en anunciar el desarrollo de su Vacuna, Sputnik, que provocó una gran discusión a nivel mundial por su efectividad. Por otro lado, laboratorios como: Pfizer, Moderna y la Universidad de Oxford, han anunciado una efectividad en sus vacunas en un 95 %.
La Organización Mundial de la Salud, es el ente rector a nivel internacional que confirmará la efectividad de la vacuna para el COVID-19 y su correcta distribución a todos los países, por otro lado, en Ecuador, La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA), es la institución encargada de autorizar y regular a las farmacéuticas y laboratorios que distribuyan la vacuna contra el Coronavirus en el país.
La Revista Medpass, sostuvo una entrevista con el doctor Mauro Falconí García, Director Ejecutivo del ARCSA, quien indicó, que los parámetros de aprobación para la comercialización de la vacuna para el COVID-19, deben ser establecidos de acuerdo a la Ley Orgánica de Salud, que dicta como requisito, la obtención del registro sanitario y que la empresa comercializadora cuente con la certificación de buenas prácticas de almacenamiento, distribución y trasporte de productos biológicos.
A pesar que algunos medios de comunicación social, informan de las conversaciones del Estado Ecuatoriano con Laboratorios como Pfizer o la Universidad de Oxford, ninguna empresa ha ingresado los requisitos correspondientes para la obtención del registro sanitario para la vacuna contra el virus SARS-CoV2, esto debe, a que no han finalizado los ensayos clínicos de las mismas, por lo que, al momento no podrían obtener el Registro Sanitario en ninguna agencia del mundo.
“Dentro de las competencias de la ARCSA, la agencia no está autorizada para realizar acuerdos comerciales con ninguna empresa externa, […] aun así, hemos tenido reuniones con las empresas AstraZeneca y Pfizer, para resolver sus dudas con relación a los reglamentos y normativas vigentes para la importación de vacunas al país, explica Mauro Falconí.
Al cuestionar, sobre la intención de algunos alcaldes del país, en realizar una gestión directa para la obtención de las vacunas, la posición de la Autoridad Sanitaria Nacional, es que las vacunas ingresen y se distribuya en el territorio a través de la Red Pública Integral de Salud, dando la potestad a la autoridad local autorizar la distribución en los diferentes gobiernos zonales.
En el caso, de la importación y comercialización por parte de empresas privadas, estas deben cumplir con todos los requisitos establecidos en el Reglamento de Registro Sanitario de Medicamentos Biológicos, emitido en el Acuerdo Ministerial 385, del Ministerio de Salud Pública, sin embargo, por disposición del Ministerio de Salud Pública, en un primer momento todas las vacunas ingresarán al país a través de la Red Pública de Salud, concluye Mauro Falconí.
Es de vital importancia, que el Estado Ecuatoriano inicie y concrete la reserva de cupos para la obtención para la vacuna contra el COVID-19 y que las autoridades de control, garanticen una vacuna de calidad, que pueda hacer frente a una pandemia que ha cambiado el mundo. Es fundamental que el sector público y privado, trabajen conjuntamente para lograr proteger a la población de este peligroso virus.