Estrategias articuladas entre sector público y privado

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Estrategias articuladas entre sector público y privado
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La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que del 30% al 40% de los tipos de cáncer se pueden prevenir si se trabaja en estrategias articuladas entre sector público y privado, que se sustenten en la prevención, tamizaje, detección temprana y acceso a tratamientos.

De acuerdo con la OMS el cáncer es la segunda causa principal de muerte en América.  Para el 2018, la cifra de casos alcanzaba unos 3,8 millones de personas diagnosticadas y 1,4 millones murieron por esta enfermedad.

Sumado a esto se prevé que para el 2030, el número de personas diagnosticadas con cáncer aumentará en 32% y ascenderá a más de 5 millones de personas por año en las Américas. Así las cosas, el futuro no es nada alentador, pero no necesariamente imposible de cambiar.

En este mes de los cánceres en la sangre, no puedo dejar de hacer un llamado a todos los actores para trabajar de manera conjunta con las autoridades de gobierno y bajar estos índices, por la salud de la población, y si se quiere también por la salud del Sistema.

Dentro de los tipos de cáncer se encuentran los relacionados a la sangre como es el caso de la Leucemia Mieloide Aguda (LMA), la cual consiste en que las células inmaduras se extienden por toda la médula ósea haciendo más agresiva esta enfermedad.  Por lo general, la LMA es una enfermedad que afecta a personas de edad avanzada, y es poco común en personas menores de 45 años, según la Sociedad Americana de Cáncer.

La LMA es una enfermedad desafiante tanto para el paciente como para los laboratorios, porque exige de los más altos estándares de innovación y tecnología en medicamentos, ya que se han presentado mutaciones genéticas y frente a esto, los científicos han identificado un patrón y es que las personas mayores de 60 años son más propensas a tener alteraciones genéticas lo que conlleva a resultados variados.

La edad media al momento de realizar un correcto diagnóstico de esta patología es de 67 años y frente a esto se habla de una tasa de supervivencia entre el 5% y 15%; además la historia clínica de los pacientes juega un papel fundamental, ya que ciertos trastornos sanguíneos previos aumentan las probabilidades de desarrollar un LMA mucho más adelante.

Además, se deben promover hábitos de vida saludable, como una adecuada nutrición que incluya la ingesta de frutas y verduras, y actividad física. Ante este panorama, es necesario identificar de manera oportuna los factores de riesgo, signos y síntomas de alarma para evitar complicaciones que puedan afectar la salud a corto, mediano o largo plazo, todo esto es la clave para disminuir estas cifras que año tras año cobran más vidas en América Latina y el mundo.

Si hay un sector que ha sido retado por esta pandemia, es el de la salud.  Hoy no solo tiene la responsabilidad de atender y buscar soluciones para la COVID-19, sino que tiene que asumir las consecuencias que detrás de esta crisis se han generado, como encontrar oportunidades y respuestas efectivas para la cura o control de enfermedades que más allá del virus están causando millones de muertes, tal como ocurre con el cáncer.

La lucha frente a esta enfermedad comienza o termina, según se le vea, con las farmacéuticas quienes tienen en sus manos generar una mejor calidad de vida de los pacientes y de ahí en adelante, todos los demás actores de la cadena de abastecimiento, pero sin duda, cualquier acción debe ir de la mano de la intervención oportuna del Estado para proveer facilidades de acceso a tratamientos y medicamentos.

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