En el marco del IX Congreso Peruano de Hematología, el Dr. Peter Turecek, director médico global de Takeda, habló acerca de las terapias innovadoras en tratamientos de la hemofilia que se están implementando en la actualidad para aminorar las hemorragias frecuentes en los pacientesque hayan desarrollado inhibidores, un importante desafío para el manejo de la enfermedad.
El tratamiento de la hemofilia consiste en la reposición del factor de coagulación, sin embargo, la exposición a dicho factor puede generar que el sistema inmunológico desarrolle anticuerpos, lo que hace que el tratamiento sea ineficaz. El riesgo durante la vida de desarrollar un inhibidor en el caso de la hemofilia A grave está en el rango del 20 al 30% y del 5 al 10% en casos de hemofilia leve o moderada.
En estos casos, una de las opciones que se utilizan es el concentrado del complejo protrombínico activado (CCPa), el cual deriva del plasma y permite la formación del coágulo para detener o prevenir el sangrado. “El CCPa es efectivo en el 96% de los casos, se aplica como un tratamiento adicional que mejora la calidad de vida del paciente, y evita complicaciones futuras que pueden generar discapacidad o incluso llevar a la muerte”, señaló el Dr. Turecek.
Los inhibidores son mucho menos frecuentes en la hemofilia B y ocurren en menos del 5% de los individuos afectados. Este tratamiento se utiliza en el país para pacientes con inhibidores y con hemofilia adquirida.
Hemofilia en Perú
De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, en el país hay 1.002 pacientes identificados con hemofilia, sin embargo, esta enfermedad tiene una frecuencia estimada de aproximadamente 1 caso por cada 10 mil nacimientos, por lo cual se estima que la cifra real se encuentra alrededor de las 3 mil personas.
Los pacientes con esta condición deben estar atentos a sangrados frecuentes, bien sea por una herida, intervención o moretones que pueden indicar una hemorragia en articulaciones y músculos. Esto puede causar dolor y, de ser prolongados, generan discapacidad. También se presentan hemorragias en áreas como el sistema nervioso central, en el sistema digestivo, garganta, cuello o boca que pueden comprometer la vida.
Un diagnóstico y tratamiento adecuado son fundamentales para evitar riesgos. El uso de terapias innovadoras, adaptadas a cada caso, ayudará a garantizar una mejor calidad de vida al paciente y evitar las complicaciones más graves de la enfermedad.